- Una oración al Espíritu de Dios.
Cada uno habla de su misión y de sus proyectos. Qué visión se tiene del futuro, de la SMA y de nuestra provincia.
Yo les hablo de Madrid y les doy noticias de la situación económica, de la venta de calendarios, expresión de nuestra pequeñez y dependencia, el trabajo de Isidro y Jose Ramón, la animación misionera que se está llevando a cabo, los grupos de Granada, Zaragoza, La Linea… los proyectos que tenemos, la preparación de los jóvenes que quieren ir este verano a África, las charlas y conferencias que organizamos en casa y de la impresión que he tenido visitando a cada uno en su misión:
La visita a África. Sin ser un abraza-farolas quiero decir que este viaje ha sido para mí una fuente de alegría e ilusión:
- Veo que sois felices en un trabajo tan diverso y complicado como el que lleváis a cabo y tan en la punta de nuestro carisma misionero: visitas a los campamentos peul, proyectos de agricultura, seguimiento de comunidades y centros de formación, estudios de lenguas, tradiciones... y sobre todo, interés por los más pequeños y frágiles.
Hoy se puede cuestionar la misión y nuestro futuro... pero creo que lo tenemos claro y que somos felices en un ambiente general que no es fácil tanto aquí como en España. Creo que es importante afirmar y reafirmar nuestro carisma, esta voluntad misionera de la que estoy convencido está el futuro de la Iglesia.
Hay inseguridad. No es nuevo. Ya la hemos vivido y la seguiremos viviendo.
Esto lo despaché en un plis-plás porque Guillermo se tenía que marchar porque había quedado, programado, comprometido... y por nada del mundo dió su brazo a torcer, actitud que me admiró aunque nos pusiera a todos un poco nerviosos, o quizá por eso.
Hay cosas que indican la entidad del grupo, la fuerza que hay en él y que a veces no se aprecia: su proyección evangelizadora, el mismo deseo de reunirnos, de vernos y charlar, celebrar, reir, reirnos de nosotros mismos, seguir adelante con nuestra misión, tan distinta una de otra y al mismo tiempo tan ilusionante para uno que viene a escuchar, a observar. Fosforescea y eso porque hay espíritu dentro; y libertad. Creo percibir una gran fuerza interior en el grupo. Este pequeño grupo misionero español. Se nota en la dedicación, en cómo hablan de sus trabajos y proyectos: cursos de formación, visitas a las comunidades, atención a los catequistas, a los pueblos que inician su andadura espiritual, comunidades en crisis, empeño de catequistas...sesiones de formación, estudio de la lengua, la confianza que manifiestan en el futuro de esas comunidades y la relación tan llana, fácil y amistosa que tienen con unos y con otros.
Al día siguiente, bien de mañana, antes de que hayan puesto los caminos, desayunamos y nos vamos cada uno de vuelta a su misión. Yo voy a salir hacia Niamey, la última etapa, y no la menor.
Rafael Marco, sma.
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